Pesimismo

No sé en realidad si todo lo que se hace, se sueña tiene algún sentido. Quizá es por gusto, solamente que nos aferramos a la esperanza, cojudamente.

Mi mujer y mi hijo mayor, dos dagas en mi vientre, desangrándome. Espero el milagro, a pesar de todo, de que toto no sea más que exageración de mi parte. Espero que a mi hijo lo bendiga la vida, el Dios al que temo y le de salud. Espero que a mi mujer la salve, que no haga que el viaje se frustre a medio camino.

Inicio del tratamiento

Hoy empieza el tratamiento de mi mujer, sobre la base de las quimioterapias. Estos cuatro meses serán difíciles, pues no sabemos cómo responderá ella a las quimios. Y ahora estamos -y por algo somos ya adultos- responsables de todo, sin el apoyo de nuestros padres, pues ya andan seguramente cansados también frente a la vida.

Esperanza, fe, aunque me atormente con la idea de que igual sucederá. Y claro, no creo que la solución sea la cucufatería, que además es hipocres161a pura.

Si Dios existe, si Dios quiere ayudarnos, lo hará, no por mi, no importa, pero sí por mis hijos y por ella misma.

Si Dios no existe, esperar simplemente que la naturaleza nos permita reaccionar bien.

Malos presentimientos

Soy de aquellos seres que viven subyugados por las supersticiones negativas. Y, desde muchos años atrás (hoy tengo 37 años y medio), sé que cuando una premonición negativa me asalta y no le presto la atención necesaria, racionalizándola, esta cobrará, más temprano que tarde, cruda realidad.

Es cierto que hemos tenido una buena noticia la última semana, pero me amenazan sentimientos y pensamientos negativos que me asustan y me minan emocionalmente. Es más, dicen los médicos e incluso los que tratan el alma que hay que ser positivos para vencer esta enfermedad. Esa es una tarea que se me antoja imposible en lo personal: siempre he sido una persona con la tentación del fracaso y seducida por el dolor y la fatalidad.

Se me vienen a la mente una serie de preguntas que solo el tiempo me responderá: ¿no será que Dios nos dio esta esperanza para luego lograr que nuestra caida sea peor?, ¿cuál es el destino que espera a mi hijo ahora que aprecio algún síntoma de aquella terrible Caja de Pándora?, ¿qué de mi hija?

El futuro, en nuestro caso, no solo es incierto como para cualquiera, sino que es gris color de la fatalidad.

¿Podrá o querrá Dios salvarnos de esto?, ¿o es que, simplemente, al final del camino le agradeceré a Dios porque el sufrimiento no fue el peor?

Dentro de todo, al menos una luz

Hoy viernes nos dieron la noticia de que es un cancer 2A, lo que implica que es un gran noticia, pues como cancer es casi uno primario y por tanto con un buen porcentaje de posibilidades de sobrevivencia. Mi suegra mle pidio a mi mujer que me diga que me convenza que Dios existe.

La vida es rara en verda, pues como he dicho antes, no es que no crea en él, sino que lo que sucede es que le temo. Pero como mi propia amada me dijo, hoy se dio cuenta de los muchos ángeles que rezaron por ella, ángeles de carne y hueso, muy cercanos a nosotros. Y las coincidencias de este tiempo, quiebran la certeza de que sean solo eso. ¿No será más bien, como creen los que creen, que son señales?

Sin embargo, sigo persistiendo en las dos alas heridas y la espera de dos milagros.