Wednesday, November 09, 2011

Miedos siempre

Otra vez me ataca el pavor. Y la certeza de que, a pesar de todo, con dios o sin él, la muerte me pondrá en frente de un reto mayúsculo por la vida. Quizá, si toda la desgracia que presiento se hace realidad, tenga que afrontar solo el futuro de mis hijos. Miedo, mucho miedo.

Y encima, toda esa sensación negativa de mi vida que contagia a mis seres queridos, se ve amplificada por mis deseos perniciosos de que a los amigos que pasan una situación similar les pase, por equidad, lo que a nosotros. La envidia se estrella contra mí y, lo peor de todo, contra mis hijos. Es decir, si hay un dios, soy castigado no en mi mismo, si no a través de mis hijos.

0 Comments:

Post a Comment

<< Home