Saturday, April 16, 2011

Reflexiones con culpa

Ayer hice algo que sé que vuelve a quebrar el principio de confianza que exite en mi relación. Eso me está generando un remordimiento de conciencia, que quiero aplcar con el hecho de que los hechos no se consumaron finalmente, o no al extremo posible. Claro, he puesto una vez más en riesgo mi relación y eso muestra dos posibles cosas:

  1. Mi relación ya no me interesa y estoy buscando los medios para liberarme de ella, solo que no tengo el valor de aceptar esa verdad.

  2. Mi relación sí me interesa y, por ello, me siento como me siento hoy, decepcionado de mi mismo, como un traidor reincidente.

No trato de hecerme promesas, las he incumplido todas. Simplemente trato de entender, de explicarme qué está pasando en mí.


Mi hijo debe ser sometido a una cirugía delicada en un par de meses. Mi mujer sale de una serie de cirugías por su oncología. ¿Es dura la realidad que me ha tocado vivir? Por supuesto. ¿Tengo o he tenido el valor para resistir en estas circunstancias? Sí, aunque sosteniéndome en mi propia mujer, cargándole mi dolor también. Es decir, valiéndome de ella como batón, cuando ella necesita de mí. Quizá debiera perdonarme esa debilidad, pues es realmente difícil la cuesta que estamos trepando. Y, de alguna manera, estas "fugas" son para mpi una suerte de válvula de escape.


Lo triste es que elijo fechas demasiado significativas. Ayer cumplimos un año más de matrimonio. Y claro, yo buscando esa válvula de escape, quizá esa "aventura", como el niño malcriado que nunca he sido. Como diría un amigo, "a la vejez, viruela". Y mi mujer con sus bromas, acertando lo que yo haría. Es terrorífico. Y este amigo que está atravesando una situación similar a la nuestra, que me llama para decirme que cualquier cosa que necesite, no dude en buscarlo. Tengo miedo. Quizá Dios, si existe, castiga mi estupidez con todo esto, las dolencias de mi hijo y de mi mujer. No concibo a un Dios así, pero en todo caso, le temo. Y solamente soy un ser humano compun y corriente.


Una frase que me da vueltas desde el principio de mi época de estudiante universitario, es la frase aquella de que uno no valora lo que tiene, hasta que lo pierde. Y quizá esa es mi busqueda, sentir que he perdido a mi mujer y que recién así aprenderé a valorarla. Dios, si existes, te pido ayuda para no llegar hasta ese momento y lograr la paz que necesito para seguir la brega en esta vida, por mí y por mi familia. En esta reflexión he omitido a mi hija, pues ella, gracias a Dios, si existe, no padece ninguna enfermedad. Y pido al cielo que así la mantenga, sanita.

0 Comments:

Post a Comment

<< Home