Nuevamente presentimientos

Mi mujer está desplegando actividades múltiples en el colegio de nuestro hijo de manera activa y permanete. Me asusté hoy pensando que esto sería una señal más de que las cosas no irán bien. Tengo miedo. Mucho miedo

Reconocimiento de la insuficiencia de valor

Soy un cobarde. La vida me ha vencido. Me venció antiguamente. Desde niño, me vencí yo mismo o, por lo menos, me dejé vencer. Y hoy deambulo derrotado. Claro, aparentemente no. Pero eso es solo una falacia, soy un remedo deplorable de lo que habría querido ser.

Cuelgo este video que me dejó anonadado, no porque me parezca algo imposible. No. Simplemente admiré al padre, su valor para sobreponerse a la fatalidad y su pasión por la vida, por vivir y compartir eso con el hijo discapacitado. Un ejemplo de hombre y un ejemplo de comunión la que viven ese padre y ese hijo. Qué distante mi realidad, cobarde, uraño y ajeno a la pasión por la vida, suicidario más bien. Vergonzosa realidad. No soy nada y esa mediocridad vital quizá es lo que más transmito a mi familia. Y es lo más triste. No sirvo para nada. Esa es mi realidad.

El ejemplo que nos da ese padre es impresionante.