La inminencia del "destino"
Hoy leía que hay quienes quieren vivir en el pasado y quienes quieren vivir en el futuro, cuando lo único real es vivir en el presente. Eso es cierto, pero no puede negarse que, sobre todo, el futuro seduzca e intrigue a la humanidad, que, de muchas formas, busca conocer lo que el futuro le de parará individual o socialmente.
Frente a la "fatalidad" está el concepto de "libertad" por el cual se supone que construimos nuestro camino, día a día. Pero es cierto también que, ante nuestra ignorancia respecto a lo por venir, sucumbimos a la tentación de abandonarnos en interpretaciones mágicas y nuestra debilidad, el miedo a lo desconocido, nos hace implorar a las divinidades ante las que nos refugiamos.
Lo real es que la vida, mientras tanto, sigue su rumbo, simplemente. Y los milagros, si suceden, son eso, excepciones a las reglas.
La salud de mi hijo va mostrando sus cartas y seguramente en pocos meses tendremos que resignarnos a una operación de su columna. ¿Qué vendrá después? Es tan incierto. La salud de mi mujer es también un misterio. ¿Qué sucederá?, ¿cuál será el futuro de mi familia? El tiempo, solo el tiempo, nos dará la respuesta.