Tuesday, August 24, 2010

Los anuncios no paran

La guerra que desarrollo contra dios no da tregua. Su superioridad es innegable. Pero creo que dios no es infalible del todo: no cede a su arrogancia que lo lleva a destruir a quien osa cuestionarlo. No para hasta destrozarlo.

Es el caso que me toca vivir. Sus ataques son demoledores, pero paulatinos, me va minando poco a poco, sin prisa, con total tranquilidad. En esta última fase empezó con la condena de mi hijo a una enfermedad que resulta degenerativa, salvo un milagro. ¿El milagro llegará? Encima de eso, mi mujer enferma de una enfermedad grave y se trata (dios tiende la celada de la esperanza, del sueño con su curación) y luego ataca, otra vez, hasta destruir el alma misma.

Quizá llegue a demolerme, a hacerme rogar arrodillado a sus pies. Pero hoy, en el tránsito entre cordura y locura, sé que de alguna manera he ganado demostrando que dios no es infalible del todo.

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